El alojamiento está en buen sitio pero a nuestra llegada la habitación olía terriblemente a tabaco. Además, es muy ruidoso. A las 8.00 ya se escuchaba el aspirador de los servicios de limpieza como si lo tuvieras de almohada.
Las camas si que eran cómodas. Como servicios, no hay champú ni secador de pelo. Una pena, porque con pocos esfuerzos y una reformita la opinión sería radicalmente distinta